viernes, 27 de mayo de 2016

La novedad del destino.

La novedad del destino.

Lo que buscamos al viajar es esa sensación de asombro que produce la novedad, el cambio del lugar donde vivimos a un sitio con calles distintas y gente nueva.
El rostro del turista recorriendo la ciudad en donde vivimos a veces nos sorprende: no podemos entender qué le encuentran de fascinante al lugar por donde pasamos todos los días.
Cuando ocurre que nos asentamos en el lugar visitado, poco a poco la novedad se va desvaneciendo y todo lo que nos parecía asombroso al principio ya no lo es tanto. Empezamos a ver los problemas y defectos y nos comienzan a molestar. Ya formamos parte del entorno y ahora nos vuelve a sorprender la fascinación de los turistas.
Es por eso que son necesarios los viajes, para encontrarnos siempre con la novedad, para imaginarnos cómo seríamos nosotros viviendo otro lugar, sabiendo que no nos vamos a quedar. Sabiendo que si migramos, la novedad se termina. No es lo mismo turismo que migración y eso está bien.
El viaje comienza antes de hacer maletas. Comienza desde que pensamos en un destino, lo buscamos en Google, consultamos una agencia de viajes online y decidimos que iremos. Al aterrizar en el destino lo que hacemos es contrastar la realidad con la imagen mental que hicimos antes de salir. Esa comparación a veces es afortunada: lo que vivimos es mejor de lo que imaginamos. Otras veces no es tan afortunada porque las fotos no tenían nada que ver con la realidad, nos atienden mal en el hotel o nos estafa un taxista.
Idealizamos siempre nuestros viajes de placer,  a eso apuntan los operadores de turismo.
No importa cuán fascinante o frustrante haya sido nuestro último viaje, la naturaleza del viajero será buscar siempre un nuevo destino. Y de ese destino haremos una imagen mental que contrastaremos al llegar. Dejando a un lado el dinero, nosotros no elegimos el destino  más conveniente, escogemos un sitio en donde nos gustaría estar. Lo imaginamos, nos imaginamos a nosotros mismos en él, y con esa idea empacamos nuestra maleta. Los viajes no son más que la gran fascinación por la novedad, por la idea de que debe haber un lugar (o muchos) en donde las cosas son si no mejores, al menos de otra forma.

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