AMOR DE TANTRA Y TRÉBOLES
La oscuridad rebelde
encierra tréboles
en su vientre,
se acurrucan,
sutilizan sus veloces
y mágicos destellos.
Te
penetro
con los roces audaces
de mis dedos,
estigmatizo con humedad
tus senos púberes;
rueda tu
carmín
por mis labios
sin preámbulos, ni velas.
Eres joven luna:
el farol que alumbra
mi musgo
negro,
poda con amor
en tus bustos místicos
la
muerte y mi silencio.
Ven, aproxímate,
en tu flora
acoge la levedad
de mis deseos,
permíteme
abrir
la cerradura de tu aura.
Y seré un pobre prólogo
en la rica sinfonía
de tu vaivén divino.
Escuchará el preludio
de mi voz
surcar tu monte
como un águila salvaje.
Que se sature el viento
con tus
espasmos.
Ven, yace plácida,
sé mi sombra, goza
mi puñal armónico
en tu alcoba de suspiros.
Me
dices,
te digo,
me besas,
te beso,
somos, inconscientes
raíces humedecidas
en el tántrico
misterio.
Esconderé mi cabeza
en la hondura de tu abismo,
arriba, luna,
se escuchará el regreso
del fénix
venir cantando sutras.
Ven, deja que desnude
tu mándala secreto,
que beba la miel
de tus entrañas. Ven
y besa
con tu luz
mi oscura niebla,
y entonces
luna, entonces
nacerán el alba,
dos luces y un universo.
Daniel Montoly
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