sábado, 26 de abril de 2014

A una estrella en el firmamento.


A una estrella en el firmamento

Por qué volvéis a la memoria mía,
tristes recuerdos del placer perdido,
a aumentar la ansiedad y la agonía
de este desierto corazón herido?
¡Ay!, que de aquellas horas de alegría
le quedó al corazón sólo un gemido,
y el llanto que al dolor los ojos niegan,
lágrimas son de hiel que el alma anegan.

José de Espronceda




Días tristes y grises; noches lánguidas, oscuras, frías y lluviosas, melancolía.... tan sólo eso me queda....
Una diminuta estrella que lucha por brillar entre el cielo encapotado me recuerda a ti, tan sólo eso me queda....
Monotonía, rutina, hastío.... tan sólo eso me queda....
Los días, las semanas, el tiempo va pasando, tu recuerdo permanece, intento esconderlo lo más lejos que puedo de mí, pero no lo consigo.
Huir, correr hacia delante sin mirar atrás, eso es lo que he hecho, o al menos lo que intento cada mañana al levantarme.
Cobardía .... sí, así es como me siento, como un cobarde intentando alejarse, intentando olvidar el pasado, las confidencias, los sentimientos.... intentando olvidar tu mirada, el fulgor de tus ojos.... intentando olvidar tu nombre....
Lo intento cada día, y cuando llega la noche y creo que ya lo he conseguido siempre sucede algo que me hace recordarte, hoy ha sido esa estrella, ayer la carcajada de una mujer mientras cenaba en un restaurante, el otro día un jarrón en una ventana, mañana.... cualquier cosa.
He intentado poner barreras y barricadas a tus recuerdos; distancia.... multiplicar por mil los kilómetros que nos separan. He intentado ser realista.... tu ciudad, tu vida, tu familia, tus sentimientos.... mi vida, mi trabajo, mis sentimientos.... es mejor así, me digo cada día, estar a tu lado sin estarlo es doloroso, me resquebrajaría por dentro, he intentando convencerme de que el tiempo cicatrizará las heridas.... pero no es así, lo sé.
En noches interminables en las que tan sólo espero la llegada del alba, me martirizo como un masoquista autodestructivo leyéndote y contemplando tus fotos, contemplando tu sonrisa, tu mirada pícara y chispeante, tu pelo negro y sedoso, tus manos, los dedos de tus pies, la suavidad de tu cuello, la calidez de tu cuerpo experimentado....
Quisiera tenerte como nunca te he tenido, aún sabiendo que jamás te tendré.... pero he huido.... huir de ti para evitar el dolor, pero el dolor no ha desaparecido, por momentos se mitiga para resurgir como las abruptas explosiones de un volcán. Ya ni siquiera escribo, escribir me recuerda a ti y eso aumenta mi tormento.
Pero la noche es perversa,.... los sueños.... los deseos.... las fantasías.... son mi tortura, mi angustia y mi desasosiego, porque sé que se acerca la mañana y volveré a intentar alejarme de ti sin conseguirlo, aún sabiendo que ni te tengo, ni te tendré.


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