IMAGINANDONOS
No puedo imaginarte en otro sitio
que no sean mis brazos.
Como no hay otro lugar para la luna
que el cielo. Así tu blanca
luz sobre mi noche
en la que deambulan extraviados
los rumbos del amor.
No puedo imaginarme en otro sitio
que no sean tus brazos.
Como no hay otro lugar para la lluvia
que el mar. Así la sal
de tu piel es la navegación
final de este amor naufrago.
No puedo imaginarte en otro tiempo
que no sea la primavera.
Aunque el otoño vaya dejando
su rastro de lobo
sobre mi tiempo.
No puedo imaginarme en otro tiempo
que no sea tu tiempo.
Aunque la vida haya jugado
todas sus cartas
aun me queda una,
esta carta de amor.
No puedo imaginarte en otros besos
que no sean los de mi boca.
He guardado una ternura
entre los labios apretados
que ya me duelen de esperar.
No puedo imaginarme en otros besos
que no sean de tus labios.
He guardado una pasión
como brasas en mi boca
esperando tu aliento para arder.
No puedo imaginarte en otras caricias
que no sean las de mis manos.
Si yo pudiera estremecer tu piel
como vibra el agua con la brisa,
para dejar en tu memoria
las huellas del placer.
No puedo imaginarme en otras caricias
que no sean las de tus manos.
Mi piel tiene hambre de tu piel,
quiero comer de tu calor
hasta que el alma me quede
en carne viva.
Puedo imaginarnos dándonos la vida
(de tanto vibrar por cualquier cosa)
enlazados en la desnudez de la inocencia
si podemos entregarnos
hasta el mínimo resquicio
de la memoria y del olvido.
Y renacernos de entre las ausencias.
y tender puentes de ternura
entre las grietas de las omisiones
y poner escalas de pasión
para ascender desde las entrañas
de los abismos.
Puedo imaginarnos
en el ardor del sexo,
entre palabras musitadas
y respiraciones aceleradas.
Con los latidos lanzados
al vértigo del deseo.
Puedo imaginarnos en las ganas
de habitarnos, adheridos
en el anhelo de fundirnos
en un solo calor,
de derramarnos
en un solo sudor,
de saciarnos del apetito mutuo.
(Escucho El tímpano
y no puedo dejar de sentir
que es una proyección
de mis sentimientos)
Puedo imaginarnos imaginando
como seguir.
No puedo imaginarnos
en otra palabra que no sea
nosotros.
Te amo
Ruben Carlos Galavotti
No puedo imaginarte en otro sitio
que no sean mis brazos.
Como no hay otro lugar para la luna
que el cielo. Así tu blanca
luz sobre mi noche
en la que deambulan extraviados
los rumbos del amor.
No puedo imaginarme en otro sitio
que no sean tus brazos.
Como no hay otro lugar para la lluvia
que el mar. Así la sal
de tu piel es la navegación
final de este amor naufrago.
No puedo imaginarte en otro tiempo
que no sea la primavera.
Aunque el otoño vaya dejando
su rastro de lobo
sobre mi tiempo.
No puedo imaginarme en otro tiempo
que no sea tu tiempo.
Aunque la vida haya jugado
todas sus cartas
aun me queda una,
esta carta de amor.
No puedo imaginarte en otros besos
que no sean los de mi boca.
He guardado una ternura
entre los labios apretados
que ya me duelen de esperar.
No puedo imaginarme en otros besos
que no sean de tus labios.
He guardado una pasión
como brasas en mi boca
esperando tu aliento para arder.
No puedo imaginarte en otras caricias
que no sean las de mis manos.
Si yo pudiera estremecer tu piel
como vibra el agua con la brisa,
para dejar en tu memoria
las huellas del placer.
No puedo imaginarme en otras caricias
que no sean las de tus manos.
Mi piel tiene hambre de tu piel,
quiero comer de tu calor
hasta que el alma me quede
en carne viva.
Puedo imaginarnos dándonos la vida
(de tanto vibrar por cualquier cosa)
enlazados en la desnudez de la inocencia
si podemos entregarnos
hasta el mínimo resquicio
de la memoria y del olvido.
Y renacernos de entre las ausencias.
y tender puentes de ternura
entre las grietas de las omisiones
y poner escalas de pasión
para ascender desde las entrañas
de los abismos.
Puedo imaginarnos
en el ardor del sexo,
entre palabras musitadas
y respiraciones aceleradas.
Con los latidos lanzados
al vértigo del deseo.
Puedo imaginarnos en las ganas
de habitarnos, adheridos
en el anhelo de fundirnos
en un solo calor,
de derramarnos
en un solo sudor,
de saciarnos del apetito mutuo.
(Escucho El tímpano
y no puedo dejar de sentir
que es una proyección
de mis sentimientos)
Puedo imaginarnos imaginando
como seguir.
No puedo imaginarnos
en otra palabra que no sea
nosotros.
Te amo
Ruben Carlos Galavotti
Argentina.
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