sábado, 1 de febrero de 2014

EN ESTA CIUDAD.

EN ESTA CIUDAD

En esta ciudad rodeada de azules marinos

luces adorable.
Así,sin más frases ampulosas,
ni retórica,con la única poesía de sentir
la presencia de tu voz de tantos días
anhelada cerca mío.
Hoy te envió pájaros de la selva,
cestos de flores tropicales,
luciérnagas atadas con cordeles,
ebrias palabras sumergidas en botes de miel de abeja,
paseos por caminos de montaña,
pequeños trozos de cable telefónico,
rastros de peces voladores,
locuras disfrazadas de personajes de ficción.


Verdades.

Baja conmigo a los callejones oscuros
de mi ciudad de sombras.
A veces,cuando pienso,estoy ahí.
También te envío luces,
amplios ventanales a las avenidas de la esperanza,
velas encendidas en las noches de vigilia y soledad,

faros que quemen nuestros barcos hacia un destino incierto.
A veces, cuando siento estoy ahí.
Busco a un hombre y encuentro a un ser humano.
Veo tus grandes manos abiertas o cerradas,
tus brazos extendidos o cruzados sobre tu pecho,

tu bacón abierto a los deseos.
Busco a la persona y me encuentro con su gran corazón,
con sus sueños cumplidos,
con los que le quedan por cumplir,
con sus miedos y sus contradicciones,
con sus recuerdos impulsando la mañana,

con sus recuerdos limitando los paisajes
a una habitación cerrada,
vacía de cuadros,
con su vida que desconocía.
Tu voz me acaricia,
pinta de locura aun mis mis locos sueños.
Bebo tu sed,
me como tu distancia,

salto como una gimnasta entusiasta
entre los minutos que acortas o alargas según tu voluntad,
o tus posibilidades.
Me contorsiono y grito y hago gestos,
loca; loca quisiera verte a diario,
sentirte a diario,
besar tu jugosa boca a diario,

sentir tu sable caliente a diario,
muy dentro de miy convulsionar mi cuerpo al unísono del tuyo.
Soy una mujer que ahora se pone seria,o ríe,o se esconde debajo de una piedra.
Un ser llena de historias.
Un alma buscando,unos ojos que ven lo que ven,

una ciega,una ilusa,un cáliz de esperanza,
un guiño pícaro,una tentación,una renuncia.
Un juego de manos.
Miedo,miedo,miedo encerrado en un frasco
sobre una repisa de un sótano en un edificio,
en ninguna parte enamorarme de ti
y aun así me encanta la idea
porque me sacarías las palabras que tengo escondidas
de entre las profundidades de los mares azules
que cobijan mis sueños.
Ay, cariño,
entre tu yo solo un hilo,
deseos que se juntan por azar,
palabras que podrían copiarse de antiguos libros,
de ternuras robadas a amantes perdidos
en historias pletoritas.
Deja que acaricie el recuerdo de este día
ya que no puedo acariciarte a diario.
Deja que bese tu nombre

ya que no puedo perderme entre tus labios para siempre.
Deja que coleccione mínimas flores,
retazos de gemidos,
ovillos de lana de colores,
cestos con plumas de loros brasileños.
Déjame que te cubra con todo ello como una lluvia de presentes.
Y besos,besos,besos,

besos rabiosos y alegres,
besos amorosos y fraternos,
besos en la cercana distancia que no por eso son menos besos,
besos.
También te envió un ramo de iguanas y tres metros de miedo.
(Del libro: Ciudades donde te nombro)

Lina Zeron
(Mexico)

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