martes, 4 de febrero de 2014

MADRIGALES.

MADRIGALES

I
Lunas tus labios.

Llanuras redondas tus mejillas.
Tu cuello espiga que a los vientos luce maravilla.
Brillante superficie tu frente lisa.
Granos de porcelana los dientes que alumbran tu sonrisa.


II
Nieve dorada. Umbral de luz. Río mineral. Y toda patria: Tu.

Abdicar delicado que no toco. Cascada de cristal.
Sin duda agua serena que mojando seca la más terrible sed a mis edades...
Hembra de piel sedosa, de canela. Reconozco tu altura y me desmayo...
Me sublimas en gozo si te acercas.

Fina copa de viva transparencia...


III
Y se entibio tu vientre lluvioso de huracanes,

bajo el violín del gozo vibra en sonatas,
canto en turpiales...
Fue llanura y plaza, humedad y parque,
harinoso musgo de ingenuo detalle...
Me acerque a tu beso de orquídea fragante
que, labrado sable,
me cortó la pena de las soledades...


IV
De repente me agarras por el ruedo,

le impides caminar a mis zapatos,
no puedo remontar el sufrimiento...

De repente sonríes,
d
ices -Te amo, me sorprendes con un
-Soy tuya como un arco,
estoy para que me dispares
al centro mismo de tu corazón,
para que subas conmigo a la azotea del amor...


V
Tu mano entre las mías

menuda paloma acurrucada;
mina de oro en cinco vetas
que esta noche tiento delicada.
Me has dejado entre miedos atraparla
con una libertad no traicionada
Las mías del amor han sido redes
enriquecidas con tu paz y tu mirada



VI
Redonda la luz en tus pupilas.

La piel de tus mejillas luna llena.
Tu pelo noche separada, sin tinieblas.
Tus labios un cauce, uva serena.
El fuego de tu rostro tiene lumbre:
Su tiempo es una estrella.


VII
Al verde de tu patria estas en el opuesto en este oriente.

Perfecto tulipán que alumbra el pecho.
Orla delicada voy a tomar de ti toda hermosura
para hacerle a mi vejez otra silueta.


VIII
TUS OJOS serenidades de río que reposa,

curvos soles nocturnos que iluminan planetas.
Base de los rayos, en turno de resplandor
Semillas de almendra y de albaricoque.
Piedras ovaladas del mar
que rebrillan por la madrugada y hacen los pájaros cantar.

Vicente Rodriguez Nietzsche
(Puerto Rico)

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