viernes, 10 de enero de 2014

A MARINA .

A MARINA   
 
        Niña mujer me ofreces, 
        tu cuerpo mansamente, 
        para que lo recorra la nave de mis besos.   
 
        Y me das tu calor, 
        para abrigar los crudos y trasnochados fríos 
        de pasados inviernos. 
 
        Y me brindas tu alma, 
        para que en ella habiten mis sueños mas profundos,   
        mis aventuras locas, 
        mis cosas más queridas. 
 
        Y te ríes al aire, 
        el mismo que respiro. 
 
        Con la risa temprana, 
        con la pasión al cielo,   
        con la llama encendida del amor en los ojos. 
 
        Eres el sol de enero y eres la primavera. 
        Y en ti encuentro la luz cuando la noche llega. 
 
        Eres la puerta abierta a todos mis deseos,   
        y en ti se agitan mares, 
        ciudades y cometas. 
 
        En ti el universo se hace miel como el tiempo. 
        Y en ti los astros brillan, con fulgores eternos. 
        En ti mujer amada, deposito mis manos,   
        y hago un nido de estrellas, 
        doblego a los planetas. 
        Capturo al sol y al viento 
        para que ellos te ofrezcan 
        su danza de milenios, 
        su simétrico vuelo,   
        su canto de misterios. 
 
        En tu boca me ahogo, 
        En tu piel me desmayo. 
        En tu pecho despierto a seguir el camino. 
        Exploro tu cintura con mi lengua sedienta,   
        y me bebo de a sorbos tus primeros temblores, 
        y devoro de a poco el pan de tus caderas. 
 
        Por tus piernas mis dedos, 
        trazan ríos de seda. 
        Y en tus pies me detengo,   
        los beso con ternura, 
        y vuelvo lentamente embriagado de niebla, 
        al punto de partida. 
 
        Niña mujer tu cuerpo, 
        embrujo irresistible, 
        postal que me regalas en cada nuevo día,   
        es el único bálsamo, 
        que cura mis heridas. 
   
   Roly Canteros   
   (Argentina) 

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