martes, 7 de enero de 2014

SUAVE Y LENTO.

 
   SUAVE Y LENTO   
 
       Déjame decirte suave y lento en el oído,    
       cómo el hielo de tu labio eriza mi espalda. 
       Déjame decirte y no te vayas aún.  
       Y si quieres irte, vete,  
       pero déjame decirte suave y lento en el oído,  
       cómo el pálpito de tu voz    
       es percusión de jazz y salsa en mis rodillas. 
        
       Pero antes, espera un minuto,  
       antes que te vayas, déjame decirte, 
       cómo el deleite de tu tacto se me ha quedado brincando,    
       potro con olor a pasto húmedo. 
       Potro cabalgando en camino de lisas piedras.  
       Como eco de río en montañas, 
       bajo puentes de madera. 
        
       Espera, déjame decirte    
       cómo todo este adiós me va dejando yerta.  
       Déjame llenar estas líneas con tu ternura. 
       Espera sólo un minuto 
       y aunque sé que ya no estás,  
       aunque sé que ya te has ido,   
       deja que imagine tu oído atesorando mi aliento,  
       suave y lento, dejando que te diga,  
       ya no estás pero no importa.  
        
       Me queda de ti, no tu nombre, ni tu rostro.   
       Ah, me queda de ti, un sabor 
       a selva de nopal y jalapeño. 
       un sudor de jamaica y menta. 
       Y aunque te vayas, suave y lento,  
       el brebaje de tu ausencia se trepa por mi ventana    
       y me llena. ¡Ah, cómo me llena....! 
 
   Antonieta Villamil  
   (Colombia)

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