ENVEJECEREMOS JUNTOS
Hasta que la muerte nos separe
¿Te acuerdas?
Y cómo sonaban el eco de tus palabras
en mis oídos…
sonaban a cosas delicadas,
como si las cenizas de mi cuerpo joven
ardieran entre tus dedos
¡Nunca nos separaremos!
Escucha...
Te amo, te amo amor mío…
¿recuerdas la desesperanza de tu voz en
mis oídos?
Construiré un océano de amor y recuerdos
compartidos
a orillas de una playa lejana
donde la
sal del mar deje su huella
sobre las piedras
y
escuches las olas con un sonido puro
de estrellas derramadas.
Y en las noches te hablaré en silencio:
te
quiero amor mío
y haré para ti un muro transparente
contra el olvido
donde se pierdan todos los caminos
y
tu alma quede grabada en cada cosa
y tu corazón arda junto al mío.
¡Cuántas frases de amor pronunciadas
para
evitar que llegara el olvido!
¡cuántas palabras viviendo en
nuestros labios
su esplendor de un momento!
¿Recuerdas?
– que nuestros cuerpos encontraran
un
nombre infinito…
y que solos, tú y yo solos,
nos
quedáramos ahí, unidos.
¿Y si se perdiera la magia?
¿Si la esencia de tu alma fuera
rebasada por el
olvido?
¿Si el amor no germinara en tus ojos
por el
miedo de una pasión inútil?
¿Si las palabras dichas fueran
nada más
que un silencio entre dos olas?
¿Y tu imagen
se volviera cada vez más lejana
resbalando sobre la rígida muerte?
Cuando recuerdo todas esas noches
con la máscara
del reflejo
que no vive ni muere…
Añoro nuestras
horas
y surge la esperanza de ser una contigo
en la
dulce eternidad de tu presencia.
Lina M. Zerón
(México)
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